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Los peligros a los que se enfrentan los niños, adolescentes y jóvenes pedófilos
Dado que la mayoría de los pedófilos descubre su orientación antes de los 16 años, es necesario identificar y combatir los peligros a los que se pueden enfrentar y que pueden dañar a otras personas y a ellos mismos.
1) Que tengan sexo o abusen de un niño: Las hormonas, la adolescencia y la falta de formación ética pueden causar que un menor pedófilo intente mantener relaciones con un niño pre-pubescente. El peligro está en dañar al otro, al niño pre-adolescente.
Para evitar esto es necesario que los menores pedófilos puedan recibir ayuda de manera comprensiva y empática, que sepan que hay gente con la cual pueden hablar de su atracción. Tan importante como eso es una educación moral sólida que les haga comprender los daños que puede provocar esas relaciones sexuales.
En general los métodos de la prevención del abuso sexual infantil nunca están enfocados a aquellos que podrían llegar a abusar: se les enseña a las personas a que no sean abusadas, pero nunca se les enseña a no abusar.
2) Que internalice una moral en la cual se crea que tener sexo con niños está “bien”: En la confusión propia de su situación, puede ser que este joven internalice la moral de algunos pedófilos malos que le haga creer que tener sexo con niños está “bien”, convirtiéndolo en un posible abusador en el futuro. El menor, buscando otros que lo comprendan y lo entiendan, puede que crea que sólo existen estos pedófilos malos.
Para evitar esto es necesario darle propaganda y difundir a los grupos y asociones de pedófilos buenos que buscan una vida sin ningún contacto sexual con niños, por ejemplo este blog, por ejemplo Virtuous Pedophiles, por ejemplo http://dont-offend.org.
Lo importante es que sepan que tener relaciones con niños está MAL y que existen muchos pedófilos que siguen por el camino del bien.
3) El peligro de la depresión, la discriminación y el suicidio: Finalmente, lo más probable es que ese chico sienta una gran soledad, una gran marginación, una gran discriminación por parte de los demás debido a su orientación sexual. Seguramente, lo único que lea en los medios es que es un “monstruo feroz” incapaz de remordimiento y condenado a abusar de niños.
Esto puede tener consecuencias desastrosas en su psiquis y en su identidad. En algunos clasos hasta llegar al suicidio.
Para evitar esto es necesario una gran educación de la sociedad y de la gente, un debate honesto, racional y empático sobre la pedofilia: hacer hincapié en la diferencia entre pedófilos y abusadores de niños, que no todos los pedófilos son malos y que si no hacen nada son tan valiosos y dignos como cualquier otro.
Promover la no-estigmatización de los pedófilos buenos, dejar de utilizar para siempre expresiones como “condenado por pedofilia”, “red de pedófilos”, dejar de utilizar palabras que remiten a taras morales, sociales o psicológicas para las personas que son pedófilas, etcétera.
Brendon. Melissa. Jason. Por favor, vean “Películas caseras”
Hace no muchos años algunos adolescentes recordarán que existía algo llamado “adult swim”. Entre shows absolutamente olvidables y muy populares, una joyita destacaba. Era de los más ignorados y menos populares: este programa, con muchos diálogos y un humor que nada tenía que ver con el de Aqua Team Hunger Force, mal dibujado, con gente común y corriente sin personajes “chiflados”, casi improvisado, siempre fue relegado a la segunda o tercera categoría por adolescentes ansiosos de las locuras de una albóndiga y un laboratorio submarino…
Películas caseras, ya lo he dicho varias veces en este blog, es LA serie de televisión. Es EL dibujito. *
Jamás he visto en la televisión un grado tal de honestidad, ternura y corazón, tan emparentado a las películas de John Cassavetes.
Películas Caseras habla de aquellos de los que nadie habla (al menos de esta forma): de la gente común y corriente. De niños suburbanos que juegan a hacer películas, un entrenador alcohólico, una madre que es una escritora fracasada, una parejita de niños casi gay…
Frente a las locuras de un pollo robot, Películas caseras parece aburridísimo. Habla de personas “reales”, que podrían ser nosotros mismos, de experiencias humanas. Más sorprendentemente, lo hace sin caer en las dos tentaciones más fáciles: la melancolía que idealiza y estereotipa (oye arnold!) y el cinismo o la oscuridad que apabullan (Oblongs y tantas otras series cínicas).
Películas caseras es algo indescriptible, igual que las películas de John Cassavetes. Ver sinceridad, ver amor, ver ternura, ver corazón en la televisión, es algo tan pero tan sorprendente, tan increíble, que todavía hoy no puedo creer que una serie como Películas caseras haya sido emitida por tevé.
Todavía recuerdo cuando era un chico cómo esperaba las benditas madrugadas de Adult swim, y me tragaba los bolones de carne porque sabía que sobre el final de la programación, finalmente iba a ver un capítulo de esa seríe tan increíble, tan honesta, tan tierna, tan dolorosamente honesta a veces (“mi abuelo se está muriendo” cuenta Jason triste, “todos nos estamos muriendo” responde Brendon, un niño de ocho años). Y escucharla en español no era una tortura, sino un placer, porque el doblado es francamente excelente.
Por favor si pueden verla, háganlo. No sé si todavía se puede ver por aquí (http://adultswimla.com/spanish), pero vale la pena intentar. Sino, los capítulos en inglés se consiguen fácil en torrent.
* Perdónenme por haber alabado alguna vez a Invasor Zim: no sabía lo que decía.
COP, de Swans
En comparación con Cop, Filth, su predecesor inmediato, suena como pop infantil.
Cop está más allá de la brutalidad, más allá de la desesperación: es el aullido de un monstruo que ya se cansó de llorar y golpear los barrotes de su celda. Mas allá de todo dolor, cansado de doler, cansado de rabia y desesperación, la música de Swans destruye –y gracias a eso reconstruye-.
RAGE
Si quieren enojarse MUCHO les recomiendo (o no) leer esto :
Escoria
http://www.lanacion.com.ar/1547302-un-controversial-juicio-a-lewis-carroll
Cafiero, tano de mierda, lavata la boca antes de hablar de Lewis Caroll.
Lewis ERA PEDÓFILO DE “P” A “O”, pero eso no lo hizo peor tipo, todo lo contrario, lo hizo uno de los mejores y más valiosos seres humanos y pedófilos que hayan vivido.
Lavate la boca antes de hablar de LC loco. Fue una persona que amó a las niñas con toda su alma, hizo TODO lo que pudo para hacerlas feliz. Era pedófilo, un grandioso, genial, bondadoso y recto pedófilo.
Una pena extraordinaria
Hola, tengo 19 años, y no comprendo porque me gustan las niñas, no lo se, niñas de 6 años en adelante, siento decirlo pero me excitan, no se si tambien me exciten las mujeres, estoy confundido, pero me pregunto porque me pasa esto a mi, porque a mi, no soporto vivir de esta manera, talvez lo mejor seria suicidarme, alguna cura, yo no decidi ser asi, mi cuerpo y mi mente les gusta, ¿y que hago contra eso?… no soy malo, no soy un violador, no hago nada a las niñas, simplemente me atraen como cualquier hombre que le atrae un mujer, pero yo se que no estan en edad para discernir, por lo cual, ya no se que hacer, estoy muy deprimido por ser como soy, quisiera algun tipo de ayuda, te lo agradeceria mucho. Espero y no me juzguen para mal, no sabes por lo que he pasado.
http://es.answers.yahoo.com/question/?qid=20090410104658AAdSpXD
Por estas personas hago el blog. Exactamente por estas personas.
Verdad
Estuve reflexionando un poco y llegué a esta conclusión, ustedes me dirán qué les parece: la primera pregunta (no la única) que uno debe hacerse ante una obra de arte es:
¿Hay un intento de decir una verdad acá?
Me parece la pregunta decisiva. Nótese que digo “una verdad” y no “LA verdad”. Es decir, una verdad puede ser simplemente la verdad personal del autor, por más que otro pueda decir que está equivocado. En otras palabras: entiendo a “verdad” como un acto, una acción de sinceridad, una expresión, no como una realidad fáctica independiente de todo.
Imagínense si le hiciéramos esa pregunta a toda obra de arte. ¿Cuántas pasarían con un sí? Quedarían muy pocas. En general, la gente y los críticos se concentran en boludeces: aspectos técnicos, formales, o superficiales (por ejemplo: la trama) o buscan métaforas y símbolos (es decir, se apartan de la incómoda realidad y la fugaz expresión en busca de la comfortable seguridad de las ideas abstractas). Pocos se plantean la cuestión de la verdad.
¿Quiénes pasan el test? Algunos nombres tirados al azar:
Franz Kafka
Henry James
Samuel Beckett
Julio Cortázar (en algunos cuentos)
Juan Gelman
Sara Gallardo (en Eisejuaz)
John Cassavetes
Andrew Bujalski
Ingmar Bergman
Robert Kramer
¿Quiénes –para mí– no pasan el test? Algunos nombres:
Borges (eso no significa que no sea muy disfrutable el viejo)
Osvaldo Lamborghini
Alan Pauls (Historia del llanto)
Flaubert (La educación sentimental)
El 90% de los directores venerados por la crítica: Kubrick, Welles, Hitchcock, George Lucas, Spielberg, Tarantino, Lynch, Coppola, los hermanos Cohen, Solodnoz… son demasiados para nombrarlos todos.
Obviamente, se puede discutir hasta el infinito. El problema surge cuando un autor, a pesar de no tener una deseo de expresar la verdad, es inmensamente disfrutable: por ejemplo, Borges. O cuando el mero ánimo de decir la verdad no basta: por ejemplo, Woody Allen.
Stalker
Dicen que hacer esta película literalmente mató a Tarkovsky: para realizarla tuvo que filmar cerca de una planta nuclear, lo cual lo hizo contraer cáncer.
Queda justificada entonces su muerte, por esta obra maestra de la especie humana. Junto con el guernica o los cuentos de Kafka, obras de arte supremas como esta justifican y redimen a la especie humana.
Sonia (o el final) – Osvaldo Lamborghini
En cierta ocasión, a causa de un toletole del cual mejor no quisiera acordarme, unos amigos genoveses me dieron cobijo en una quinta cercana a las afueras de Venado Tuerto, provincia de Santa Fe. Pues bien, ahora pacía allí, en paz, tranquilo, en vez de estar en el umbral de la mercería entre mate y mate –sentado en una silla de paja, y empezando como siempre. Alguien “pararía” el sumario me dijeron. Pues bien: ¡que lo paren! La niña de la casa era una jovencita entre púber y adolescente, no comprendo. Mi llegada coincidió con su temporada de vacaciones: ella estudiaba en un terrible colegio de monjas, o jamonas, que también daba vacaciones, todos los años, a todas sus alumnas. Pues bien. Ella se paseaba por la orilla del estanque. Yo la miraba desde mi habitación, desde la ventana de la habitación. Ella se paseaba por la orilla del estanque. Por costumbre de años (y las malas compañías, los artis del ambiente) en mis caminatas yo cantaba tangos, a plena voz aunque no hubiera nadie cerca de quien molestar con mis desafinados gargajeos. Sin embargo, una vez que estaba en “ésa”, una mañana, resultó que la jovencita… la sorprendí escuchándome. ¿Ah? ¿Sí? Por un momento creí que iba a lograr controlarme. Me quité el hongo grasiento y la saludé, con una reverencia casí. Ya me había controlado. Había dejado de transpirar, incluso, por los poros de la nuca y el bulbo de la nariz. Pero ella va y me pregunta, de sopetón:
– ¿Qué son los morlacos?
– Pues bien – ya no podía contenerme más – la letra de la canción, del tango-canción que yo cantaba (y que tú no debiste, en fin, escuchar…) se refiere a una ramera…
– ¿A una yiranita?
– Sí, a una hedionda. Esta mujer parece que era tan mala que no se conformaba con sacarle los dineros a los hombres, es decir, a los otarios. Tambien parece que los tomaba para el churrete, no conforme. Como en aquella época, año 1929, los hombres usaban tiradores elásticos además de cinturón para sostenerse los pantalones…
Último intento de callar.
Último fracaso en el intento de callar, verdaderamente ante-último.
Sonia:
– Siga, siga, se lo ruego.
– Sí, niña, si ya no puedo parar. Digo que, pongamos por caso, el otario ya había soltado el precio del arreglo, y ya estaba casi casi vestido para irse mientra ella todavía yacía afrancesada sobre las sábanas endurecidas y agrias por el semen seco, mientras afuera esperaba una larga fila (todavía) de hombres, deseando entrar para hacer sus aguas. Pues bien. Pongamos por caso al hombre erguido de espaldas a ella, con los tiradores ya perfectamente enganchados. Entonces la hetaira, no conforme, le apostaba los pies desnudos sobre las corvas, se prendía de los tiradores, los tensaba y luego, varias veces, los hacía restallar sobre las espaldas del hombre, mientras se reía con risa infernal. Y gozaba. Gozaba así, con los ojos entrecerrados y el cuerpo recorrido, todo el cuerpo, por un cálido temblor, oh.
Me senté exhausto sobre el tronco de un árbol: era un pino de Necochea. La jovencita, Sonia (se llamaba Sonia) se arrodilló entre mis piernas. Y empezó:
– Morlacos, entonces, son los…
– Son, Sonia: dilo, dilo nomás.
– ¿Tiradores elásticos?
– Sí, bendita seas.
Le arranqué a tirones la blusa, el corpiño, las bragas canela… Alguna vez, hasta yo he sido feliz.
La discriminación institucionalizada
Apuesto a que no les preocupa si algún recruta pueda ser un asesino o un criminal, eso sí, ¡Dios nos libre de que sea pedófilo!
Víctimas del deber, de Ionesco
“Una nostalgia, desgarrones, los restos de un universo”
“Víctimas del deber”, del rumano Ionesco es uno de los “cuentos” (porque a pesar de ser una obra teatral corta, se lee como cuento) más deliciosos que haya tenido la oportunidad de leer. Opera de una de las formas que más fascinantes me resultan: empieza en un estilo naturalista, razonablemente sobrio, y poco a poco se va trastocando hasta convertirse en una pesadilla alucinatoria, en un surrealismo de horror.
El cambio parecería análogo al de ciertas obras fantásticas, sin embargo es muy diferente en el sentido de que en las obras de este género, el cambio se produce por un hecho en concreto, que a lo sumo no trastoca el estilo del cuento sino más bien su lógica o hechos internos. Por ejemplo, aparece un fantasma que no es recibido con horror sino con indeferencia. En el cuento de Ionesco sucede algo muy distinto: el estilo mismo del cuento, la forma de presentar el mundo, los matices y colores de la obra, son los que cambian; los hechos no son uno sino muchos y se suceden continuamente, y se pasa poco a poco de un mundo racional y aburrido a una especie de alucinación desquiciada.
El único otro texto que yo conozca que opera ese cambio es “El hombre que fue Jueves”, de Chesterton, que empieza como una novela policial y por el medio de la historia se convierte en un sueño fantástico y grotesco.
¿Cómo hablar de la pedofilia en una sociedad polarizada?
Si hay algo hermoso de este país es que nunca te aburre: Argentina no es como esos países nórdicos (digamos: Finlandia, Noruega) aburridísimos donde escriben con muchos circulitos arriba de las letras, donde no hay sobresaltos, no hay marchas, todo es previsible y formal. Argentina es un país que no puede aburrir a nadie que le interese la política.
También tiene sus desventajas: en este país donde la mayoría de los comunicadores sociales (medios masivos de comunicación, periodistas, ONGs, medios de comunicación independientes o comunitarios) están polarizados, donde el discurso político K o Anti-K copa e impide todo intento de comunicación, se hace difícil (sino imposible) tratar siquiera de insinuar una posible discusión social sobre el tema de la pedofilia. La agenda constante, la pelea constante, impide instalar este tema (obviamente no digo que sea el único impedimento).
Para peor, más importante que el mensaje, parece ser quién lo dice: Si sos oficialista porque sos oficialista, si estás en contra porque estás en contra. En definitiva, el mensaje pasa a ser menos importante que la posición política del que lo dice.
All of old. Nothing else ever. Ever tried. Ever failed. No matter. Try again. Fail again. Fail better. 